Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

martes, 20 de mayo de 2014

Juan García, un gitanillo concursante...

1) Córdoba, agosto de 1923



En el cordobés barrio de San Basilio se celebraba un concurso de cante jondo tal como contamos en nuestro artículo del día 21 de julio de 2012. En él iba un recorte de prensa del cual entresacamos lo siguiente:

Entre los "cantaores" se distinguieron "el Machaco", un gitanillo llamado Juanillo el de Sevilla, y Manolillo Villegas, sobresaliendo entre todos el "Niño Marchena", que cantó unos fandanguillos con mucho estilo y afinación.


Pasaron unos diez días y del tradicional barrio saltamos a uno carente de toda historia: Las Margaritas. Sus vecinos no querían ser menos que los de las viejas barriadas y deciden montar una verbena con concurso de cante incluido. Concurso donde Marchena quedó segundo y que ha sido citado varias veces en este cuaderno, por ejemplo en el artículo que publiqué el 13 de junio de 2013. En la correspondiente nota de prensa podíamos leer:

La presencia del tocaor "El Rubio" y del "calé" Juan el Sevillano en el tablado, fue saludada con una formidable ovación.
El sevillano se cantó, si cantar se puede llamar a los lamentos, unas cuantas soleares clásicas, malagueñas y "La Montería".
El ser tan famoso cantante un niño, hizo que el público guardara compostura.


2) Sevilla, abril de 1925

Cambiamos de ciudad y de año. Concretamente nos vamos al patio del Hotel Alfonso XIII donde durante las noches del 15 y el 17 de abril se celebra una gran fiesta de cante andaluz, presidida la primera noche por la infanta Doña Luisa y la segunda por ésta y su esposo don Carlos. Figuras consagradas como don Antonio Chacón, don Ramón Montoya, Juana la Macarrona, Fernando el Herrero, Luisa Requejo, Currito el de la Jeroma, junto a otras emergentes como el Niño de Marchena o Niño Ricardo. A la vez se celebraba un concurso de cante cuyos participantes actuaban intercalados entre los profesionales. Vaquerito de San Fernando, Concepción Aguilar, el Cuqui de Triana, el Ponce de Hinojos, el Gordito y otros entre los que aparece un Juan García Campos  El famoso periodista Galerín nos dejó crónica de ambas noches y se ve que fijó su atención en este Juan García. En la de la primera escribió:

¡Ese chiquillo es el del premio!
Aparece Juan García Campos, un gitano, que tendrá quince años. Se sienta el hombre en la silla; se compaña un poco con la guitarra, hace una salida flamenca y
 "Pare mío, Jesús,
Er de Santa María.
Que esta pena que tiene mi cuerpo
Se vuerva alegría" .
Y arrancó la ovación unánime, clamorosa. Eso era lo que quería escuchar el público. Sigue el cañí, con su voz limpia y clara:
"Anda y cuéntale esas penas
Al que sea tu enemigo;
Que a mí hasta el alma me duele
De hacerlo bien contigo".
Otra ovación, y caen al escenario muchas pesetas. En el estribillo final puso toda su alma, se excedió:
"La encontré en la carretera.
Le eché el sombrero en la cara 
Que la luna no le diera".
Y cambió por seguiriyas, al estallar la tercera ovación, y todavía estamos emocionados con el final dicho con el corazón puesto en los labios.
"No me des más penas
Que yo seré un esclavito tuyo
Hasta que me muera”
Baste decir que el gitano recogió del suelo veinticinco duros.
-Yo salí con mieo, on Migué –le decía a Bermudo.

 En la siguiente crónica, Galerín fue más breve al referirse al Gitanillo:

 El chiquillo gitano Juan García Campos cantó soleares, seguidillas gitanas y martinetes, siendo ovacionado, como la primera noche. Le tocó el Niño de Ricardo. El jurado ha tomado buena nota del gitanillo.;

Al final, el periodista nos da cuenta de que

El Jurado se reunió a deliberar y falló en seguida. No hay primer premio de quinientas pesetas. Han sido premiados tres aficionados con 250 pesetas cada uno, catalogándose por este orden: Juan Ponce, José García Fernández “Niño de Sanlúcar” y Juan García Campos “El Gitanillo”, que tanto ha agradado.


3) Juan García Campos

Creo que no me equivoco si afirmo que el "Juanillo el de Sevilla" que cantó en San Basilio y "el calé Juan el sevillano" que se escuchó en el barrio de Las Margaritas, es el mismo Juan García Campos que causó espectación en el Alfonso XIII de Sevilla ¿Qué sería después de este adolescente que al parecer cantaba muy bien por soleá y por seguiriyas? Un misterio más que se lleva la siempre incompleta Historia del Flamenco.

Me gusta colocar algún audio en todas mis entradas pero hoy no parece posible. Bueno, podemos consolarnos (y no es malo el consuelo) oyendo a un personaje que estuvo junto al guitanillo Juan García en San Basilio, en Las Margaritas y en el Alfonso XIII de Sevilla. Me refiero a Pepe Marchena. Junto a Niño Ricardo, vamos a oírlo en una vieja grabación por soleares:

jueves, 15 de mayo de 2014

Manolo de Huelva, un clásico guitarrista flamenco


Escuchando una vez más el imprescindible disco "El Pequeño Reloj" (Enrique Morente, 2003), me detengo en este registro (de título "A Manolo de Huelva") que quiero compartir con ustedes:



Cuando conocí a Morente en 1968 yo jamás había oído hablar de Manolo de Huelva. Fue Enrique quien me dio a conocer a este personaje al que él visitaba frecuentemente. Hombre solitario y huraño, abría generosamente sus puertas al joven granadino e incluso le enseñaba cantes ("Con una voz espantosa" solía decir Enrique) antiguos como, por ejemplo, las seguiriyas de Enrique el Mellizo que aparecen en el primer disco de Morente con la letra "Tó me viene en contra".

De nombre Manuel Gómez Vélez, había nacido en Ríotinto (Huelva) el día 16 de noviembre de 1892.  Se inició muy joven como guitarrista de concierto. El 3 de octubre de 1910 la revista "Nuevo Mundo" publicaba una foto suya refiriéndose al éxito obtenido en sus conciertos en la capital sevillana. Por esos años llegó a tener amistad con el músico gaditano Manuel de Falla y algunos autores mantienen que don Manuel se inspiró en los toques del onubense para algunas de sus composiciones, como por ejemplo la "Farruca del Molinero" incluida en su famosa obra "El Sombrero de Tres Picos". En junio de 1922 encontramos a Manolo de Huelva en el tan cacareado "Concurso de Cante Jondo" de Granada. No como concursante, tal cual muchos autores han trasmitido la falsa noticia publicada por el periodista "Galerín" que lo hacía ganador de uno de los premios ofertados a guitarristas. No, Manolo de Huelva estuvo en Granada como guitarrista oficial contratado por los organizadores, lo cual no es de extrañar dada su amistad con Falla y también porque entre los organizadores estaba Andrés Segovia que siempre se confesó ferviente admirador de Manolo.

No sé si habrá grabaciones suyas anteriores a este año, pero justamente en 1922 salen al mercado numerosas placas en las que acompaña al sevillano Manuel Centeno, cantaor que por cierto había sido muy crítico con los organizadores del evento granadino. De tales registros, vamos a detenernos para escuchar unos fandangos de Lucena:



En los años siguientes mantiene mucha actividad alternando con todas las figuras de la época como comprobamos en esta foto, tomada en el sevillano Pasaje del Duque, 


en la que vemos al guitarrista entre el cantaor Manuel Torre y el torero El Niño de la Palma, amén de otros flamencos como La Malena, Mazaco o Currito de la Jeroma. ¡Años de la "Ópera Flamenca", denostada por muchos "flamencólicos", que ya quisiéramos haber vivido muchos aficionados! 

Dicen que el punto más alto de su carrera lo alcanzó al colaborar con Manuel Vallejo, una vez que éste había sido galardonado con la "La Llave de Oro del Cante". Grabaciones como "María Magdalena", "Llegó el frutero" o "María de la O" se muestran hoy día como ejemplos del buen hacer cantaor junto al buen hacer de tocaor acompañante. Nos paramos y oímos el couplet por bulerías "María Magdalena"




La verdad es que la obra discográfica de Manolo de Huelva no guarda proporción en extensión con su calidad artística. ¿Por qué? Dicen que "por sus rarezas". A donde quiera que fuera, le acompañaba el miedo a que otros guitarristas le "copiaran" sus muy originales falsetas. Se cuenta la anécdota de que en el espectáculo "Las calles de Cádiz", protagonizado por La Argentinita, Manolo pidió que le construyeran una especie de habitáculo que evitara ser visto, y por tanto copiado, por alguien del público. Iniciado como guitarrista de concierto, se llegó a pensar que no dejó grabaciones en solitario. Sin embargo, el madrileño José Blas Vega, al que los andaluces nunca acabamos de reconocer y agradecer su labor en pro del Flamenco,  sacó a relucir al menos dos registros; uno por alegrías, otro por sevillanas, grabados parece ser que en 1935. Aquí los tenemos:




Desconozco cómo vivió Manolo de Huelva la guerra del 36-39 y la tan penosa como prolongada posguerra. Esta época debió de vivirla en Madrid donde Manolo se "ofertaba" tanto en Villa Rosa como en las ventas de los alrededores. Siempre temeroso de ser copiado, evitaba cualquier reunión en la que estuviera presente algún profesional de la guitarra. El bueno de Juan Habichuela nos cuenta que se quedó con las ganas de oírlo "de tú a tú", que hasta se hizo pasar por señorito en una venta para solicitar la presencia de un cantaor (éste le daba igual quien fuera) y del tocaor Manolo de Huelva. Ya reunidos éste observó las uñas de Juan, dedujo de inmediato que eran las de un guitarrista, tras lo cual guardó su guitarra y se marchó dejándolos plantados. ¡Cosas de artistas!

Parece ser que su última actuación en público fue en 1962, en la Casa de Málaga de Madrid, ilustrando una conferencia de Pepe Blas Vega junto a un joven cantaor llamado Enrique Morente.


Olvidado de casi todos, Manuel Gómez Vélez, "Manolo de Huelva", murió en Sevilla el día 12 de mayo de 1876 a los 83 años de edad.

(Bastantes datos de este artículo los he tomado de la entrada que hizo José Morente el día 14 de julio de 2013 en su blog La razón incorpórea. Conste mi agradecimiento) 

miércoles, 14 de mayo de 2014

Todas las primaveras...

Preparando un articulillo sobre el guitarrista Manolo de Huelva, que publicaré cualquier día de éstos, me encontré con unas sevillanas para baile grabadas en 1935. No las voy a reproducir ahora porque las reservo para el referido artículo. Pero sí diré que al oírlas me acordé de aquellos versos de don Manuel Machado:

Todas las primaveras
tiene Sevilla
una nueva tonada
de seguidillas.
Nuevos claveles
y niñas que por mayo
se hacen mujeres.

La seguidilla, una de las más conseguidas estrofas de la poesía popular en castellano. Estrofa, usada en un baile del mismo nombre, presente en casi todo el territorio nacional, si bien de manera especial, en La Mancha, en Murcia, en Las Canarias y, ¿cómo no? en Andalucía. En nuestra tierra, la tal seguidilla sirvió, además como soporte para cantes como la liviana, la serrana, la trillera, la nana... En el baile tenemos diversas formas de seguidillas: las corraleras, las sevillanas, las rocieras, las bíblicas, las alosneras, aunque a la larga todas ellas se fundieron en un único nombre: sevillanas. Aquí, una vez más, la personalidad de nuestra capital autonómica se impuso al resto del suelo andaluz por más que el baile aludido de sevillanas se practique como propio en las ocho provincias sureñas e incluso en casi media España.

Vivo en Córdoba y estamos en el mes de mayo. Ya han pasado las Cruces, ahora estamos en los Patios y de aquí a unos días estaremos de Feria. En los pueblos de mi querida campiña están al caer las Romerías de San Isidro. Acontecimientos todos ellos en los que el cante y el baile de las sevillanas son imprescindibles.

Decía bien Machado con lo de "todas las primaveras". La creación de nuevas sevillanas no se ha detenido nunca ni parece que vaya a hacerlo en el futuro. Pero uno va pá viejo y no puede liberarse de la memoria del pasado. Por eso, ustedes-vosotros me vais a permitir que os ofrezca unas cuantas grabaciones de añejo sabor:

(Sevillanas del siglo XVIII que recuperó García Lorca y aquí nos ejecuta la cantante trianera Mikaela, injustamente condenada al olvido)

.
(Año 1909 y la voz inconfundible de La Niña de los Peines)

(La Niña de la Alfalfa, saetera muy recordada, cantaba así por sevillanas en el año 1931).

Tres muestras de sevillanas muy sevillanas. Pero no podemos ignorar, en cuanto a creatividad se refiere, a la provincia limítrofe de Huelva. Oigamos:

(El gran fandanguero Paco Isidro nos hace las sevillanas bíblicas)

(Los Hermanos Toronjo, 1965, sevillanas rocieras)

(Grabación de 1961 donde Paco y Pepe Toronjo ejecutan la genuina seguidilla alosnera)

domingo, 11 de mayo de 2014

José Rojo: Asi suena su sentir...


Desde mi pueblo, Fernán Núñez, y luego adivinarán por qué, me llega un disco compacto de título

José Rojo, el Sonido de mi Sentir

Nueve registros para guitarra flamenca:
Rumba, Bulerías, Soleá, Farruca, Alegrías, Granaína, Zapateado, Garrotín, Bulería 


Antes de seguir,, les invito a que escuchen la farruca "El sonido de mi sentir" .


José Rojo Moreno nació en Jaén el 11 de mayo de 1974 dentro de una familia de aficionados al cante, lo que explica que aún muy joven tomara contacto con los tocaores de la Peña Flamenca local Tomás Reyes, Paco Aguilar y Antonio Anguita de los que recibió sus primeras lecciones de guitarra flamenca.. Perfecciona este aprendizaje en la ciudad de Córdoba con figuras como Paco Serrano o Rafael El Merengue.

Su dedicación a la guitarra no le impiden adquirir una sólida formación académica y se licencia en Derecho por la Universidad de Jaén, en la cual también obtiene el Certificado de Aptitud Pedagógica.

En Córdoba asiste a cursos internacionales de guitarra impartidos por Enrique de Melchor y Manolo Sanlúcar, maestros que han dejado huella en él. En la ciudad califal, y en su Conservatorio Superior de Música "Rafael Orozco", alcanza el Título Superior de Guitarra Flamenca siendo tutorado por el catedrático Paco Serrano.  

Practica, además, la guitarra de acompañamiento interviniendo en rectales y festivales junto a Rosario López, Rocío Segura, Manolo Canalejas y otros, sin olvidarnos de dos primeras figuras: Gabriel Moreno y Juan Valderrama.

Su amplia formación le ha permitido ejercer docencia en cursos y talleres de diferentes Universidades y Festivales de Música. Actualmente ejerce como profesor en la Especialidad de Guitarra Flamenca en el Conservatorio Profesional de Música de Jaén, donde vive junto a su esposa.

¿Su esposa? Recuerden ustedes que en mi artículo del 29 de octubre de 2011, hablando de mi paisana y pariente la guitarrista Laura González , les dije que estaba casada con José Rojo. Además, les añadí una foto en la que ambos aparecían en la Peña El Mirabrás junto al recordado Enrique Morente. 

En el disco al que me ha llevado hoy mi Memoria interviene Laura dos veces como guitarra acompañante: las alegrías y la bulería que cierra el álbum. Por cierto, en las alegrías podemos oír una pincelada de cante en la flamenquísima voz de mi paisano Pedro Obregón. Con ellos tres les dejo:

sábado, 10 de mayo de 2014

Un cantaor de Córdoba: RAFAEL EL GUERRA

Miren ustedes qué letra más cordobesa:

En la madrugá del puente,
a ver si se atreve el viento
a apargarle las velitas
que a San Rafael le enciendo


Puente Romano, San Rafael nuestro Custodio, pero ¿quién canta esa copla? No puede ser otro que Rafael Mesa Navarro, cpnocido como Rafael El Guerra. Mecánico de profesión, nació en Córdoba el 11 de enero de 1944 y desde muy joven se enamoró del cante. Aficionado muy largo, como intérprete se especializó en los estilos cordobeses, alegrías y soleares fundamentalmente, siguiendo la escuela de Pepe Lora.


Cuando algún forastero me pregunta que cuál es el dejillo particular de los cantaores cordobeses, no sé explicarme con palabras y siempre acabo diciendo:
-Escucha estas soleares del Guerra y lo entenderás.


(La grabación es de 1988 y le acompaña a la guitarra Juan Muñoz "El Tomate")