Visitando mi cuaderno Cantando por Fandangos, ahora convertido en EL MUSEO DEL FANDANGO, podrán elegir entre doscientos cincuenta (250) artistas distintos para escuchar este estilo de cante.

sábado, 26 de mayo de 2018

Malagueña del Mellizo y Verdial (II)

El Chocolate: "Entrañas de mi cuerpo" es un artículo publicado el pasado 19 de mayo en Expo Flamenco por nuestro buen amigo Paco Canela Se trata de un certero análisis del primer disco de larga duración que publicaran del cantaor Antonio Núñez Montoya, Chocolate (1930-2005). Al llegar al corte número 8 de este álbum, habla Canela de

una interpretación "rara avis" de la malagueña del Mellizo, ya que Chocolate la remata con abandolao.

Nos paramos un momento y la escuchamos:



Efectivamente, al cante del Mellizo, con letra Lo que yo por ti daría, le sigue otra malagueña (Yo te quiero mientras viva) de las conocidas como "jaberas", variedad que hoy suelen meter en ese raro cajoncillo de satre que caprichosamente han dado en llamar "cantes abandolaos". Nosotros diríamos que Chocolate remata con un "fandango verdial" y ciertamente eso no es frecuente en la discografía. Choca a muchos aficionados que la solemnidad del cante del Mellizo se mezcle con la liviandad de un fandango. Ahora me acuerdo que hace unos años otro buen amigo, en este caso el valenciano Sergio García, nos decía

 Yo no cantaría un abandolao después de, por ejemplo, una malagueña del Mellizo,

afirmación que puso en ebullición mi memoria hasta que encontré respuesta y se la di en este mismo blog con un artículo de fecha 29-10-2013 y título Malagueña del Mellizo y Verdial, en el cual insertaba una cante de Paco Toronjo que vuelvo a repetir aquí:



Ahí lo tienen: malagueña del Mellizo seguida de un fandango verdial en este caso en la órbita de Frasquito Yerbabuena. Tras mi publicación, surgió un debate sobre esta cuestión en que intervinieron, entre otros personas tan entendidas como Estela Zatania y Antonio Barberán. Éste nos hablaba de que esa mezcla la habían hecho tanto Beni de Cádiz como Yeyé de Cádiz. Busqué y me encontré la de Beni que ahora les brindo



No he dado con la versión de Yeyé de Cádiz pero sí con varias más, dos de ellas auténticas joyitas de la discografía flamenca. Les recordaré que con fecha 24-11-2014 publiqué el artículo ¿Primeras grabaciones de FOSFORITO? Formaban parte del álbum Portrait  of  Andalusia producido por el musicólogo hindú Deben Bhattacharya. Pues bien, de este mismo productor en otro álbum, publicado en Inglaterra, volvía a aparecer nuestro Fosforito un tiempo antes de que ganara el famoso concurso de 1956. Uno de los cantes era éste:

 

¿Sorpresa o no? Y queda la otra joya. Nos vamos a 1929 y nos encontramos con un cantaor que ya era figura más que consagrada y que bordaba los cantes de Enrique El Mellizo. Varias veces por aquellos años grabó sus malagueñas pero esta vez fue especial:



Pepe Marchena con Ramón Montoya. ¡Vaya malagueña y vaya cante lucentino! Bueno, espero que después de este repaso nadie se me asombre si, además de las malagueñas de Chacón, de El Canario, o de La Trini, añadimos las del Mellizo para rematarlas con un fandango de la familia verdial. 

lunes, 14 de mayo de 2018

RICARDO PACHÓN y su disparatada geografía flamenca

Al sevillano Ricardo Pachón le debemos bastantes cosas. Por ejemplo, y ateniéndome a mis personales preferencias, el que fuera promotor y productor de los primeros discos de Lole y Manuel, así como de esa joya que fue La leyenda del tiempo, de Camarón de la Isla. Dicho lo cual, lo que no compartimos es su limitada visión del flamenco. Y decimos limitada por dos razones:

1) Para Pachón el único cante válido es el cante hecho por gitanos.
2) Además, gitanos de un pequeño "triángulo".

En referencia a esa limitación geográfica, dejemos que sea él quien hable(1):

(...) El territorio, el triángulo del flamenco es chiquitito, entre Sevilla y Cádiz, y luego están otras cositas que están por ahí.
En Granada no ha cantado nadie por soleá ni por bulerías en la vida. Yo fui a buscarlos hace un montón de años pero un montón, cuarenta o cincuenta años. Tenía que trabajar en Granada, me fui a las cuevas y allí no canta nadie. Las cachuchas, los tangos de Granada, que son muy bonitos, las medias granaínas, que son un fandango, fandangos de "Frasquito Yerbabuena" que se ha ralentizado, pero era un fandango bailable, 3/4, Folclore y pare usted de contar. Me dio la mañana allí, medio borracho. Me llevaron a un polígono de las afueras porque decían que había un viejo que cantaba por seguiriyas, pero vamos, como el que va a buscar al hechicero de la tribu (risas).¿Y qué te voy a contar? Lo mismo pasa en Jaén o en Córdoba. Y Málaga, pues tiene su folclore malagueño, sus verdiales, los jabegotes, los no se cuántos, los abandolaos y tal pero no ha habido un cante. La malagueña, las malagueñas son una verdial ralentizada. No te podías llevar a un café cantante a una banda de verdiales porque no había dinero para pagarlo. Pues coge un guitarrista la verdial y la hace como un cante libre. Pero tú escuchas una malagueña, la que quieras que parece que es libre, haced la experiencia, haced por detrás "tararrá tararrá pum-pum" el 3/4 de las verdiales y va perfecto, es que viene de ahí. Pero es que no pueden salir del 3/4 porque es que está en la sangre.

¡Vaya, y uno que creía en aquello de Desde Huelva hasta Almería, una sola Andalucía! Pues nada, si Andalucía fuera la Andalucía flamenca, las provincias extremas de Huelva y de Almería ni existirían, mientras que las de Córdoba y Jaén sólo merecerían ser citadas por su nombre. Parémosnos en las dos que quedan:

Así, de un plumazo el señor Pachón dictamina En Granada no ha cantado nadie por soleá ni por bulerías en la vida. ¿No sería, digo yo, que en su visita a Granada la borrachera, de alcohol y posiblemente de otros productos, no le permitió enterarse de nada? Y digo esto porque tengo la impresión de que Pachón no es tonto, pero su inteligencia es bizca, está incapacitada para entender ciertas cosas si no es desalineándolas. 

Curiosa su versión del paso de la malagueña rítmica a la libre: 
No te podías llevar a un café cantante a una banda de verdiales porque no había dinero para pagarlo. Sin comentario.

Sobre los disparates de este hombre habría mucho que escribir pero al menos a mí no me merece la pena el hacerlo por ahora. Para compensar tanto disparate, yo les dejo dos cantes por soleá:

Nene de Santa Fé acompañado de Manolito Herrera: Soleares de Triana


Ángel de Álora acompañado por Melchor de Marchena: Soleares de Rafael El Moreno    


(1) Fragmento de una entrevista realizada el 8 de enero de 2013 por Fernando Barrera Ramírez para su libro Un rockero llamado Enrique Morente, Universidad de Granada, 2014.

martes, 8 de mayo de 2018

Pidiendo guerra con un delantal

¿Existe un cancionero propiamente Flamenco? Parece que sí, si bien debe ser bastante restringido ya que en un porcentaje alto de nuestras letras encontramos equivalentes en otros folk-lores nacionales o peninsulares. En este mi cuadernillo han aparecido letras canarias, gallegas, santanderinas, portuguesas, etc., que tienen su versión flamenca. Hoy me voy a entretener en un ejemplo, pero para empezar debemos oír unos tangos trianeros de Antonio Mairena.



Ya han oído ustedes en una de las letras del maestro:

Guerra, guerra, guerra,
me vienes pidiendo guerra,
con ese delantal grana,
me vienes pidiendo guerra
y yo como buen vasallo
siento plaza en tu bandera.


Y uno piensa en una gitana trianera, guapa y bien plantá, paseando por las calles y rindiendo hombres por doquier. Mu flamenca la estampa, pero es la cuestión que, como uno es un fisgón sin remedio, leyendo aquí y allá me encuentro con una coplilla del folk-lore asturiano:

Con ese mandilín, neña,
vas publicando la guerra
y yo como tu soldado
siento plaza en tu bandera.

¡Ea, que la gitana se me esfumó y la sustituye una aldeana de Llanes o cualquier otro municipio del Principado! Y, como se hace más improbable que los conquistadores del norte vinieran a aprender coplas en lugar de expulsar moros, pues ná, que me doy por vencido y admito que la letra original la trajeron ellos y aquí se quedó.